sábado, 7 de julio de 2012

¿ INSEGURIDAD O TITULARES DE LESA HUMANIDAD?

¿ INSEGURIDAD O TITULARES DE LESA HUMANIDAD?
Raul Ludueña

Son viejos fantasmas, los de siempre, los que disimularon sin disimulo los medios cómplices de la sangrienta y feroz dictadura de los setenta.
Son los mismos, lúgubres fantasmas que llevamos guardados en nuestra memoria desde aquella era de plomo, cuando nos convirtieron en blanco móvil por portación de convicciones.
Zurdos, terroristas, subversivos, eran las etiquetas que disparaban la orden para desaparecer o asesinar a quienes soñábamos con un país más justo, más igualitario.
Miedo, muerte, desaparecidos, caos económico, fueron palabras secuestradas y prolijamente reemplazadas por “enfrentamiento”, “bajas”, “ajuste”, “tablita cambiaria” y tantas otras. Todo en letra de molde para construir una realidad que ocultara la masacre utilizada para domesticarnos. Ayer y hoy, el mismo relato a medida de las grandes corporaciones en boca de los mismos siniestros personajes, la misma técnica para intentar paralizarnos.
Desde las cloacas editoriales del monopolio mediático nos quieren inyectar el mismo veneno; desparraman un vaho tóxico que idiotiza las mentes débiles y excita las mentes interesadas. Miedo, inseguridad, corrupción son palabras que en la era de plomo fueron guardadas celosamente para proteger las atrocidades de los secuaces de los grandes diarios. Hoy aparecen en portadas con títulos catástrofe y son sistemáticamente replicadas por los canales del grupo económico-editorial.
Una y otra vez repiten hechos sangrientos por las pantallas de televisión, tratando de esmerilar un gobierno Nacional y Popular, intentan retrotraernos a nuestras peores pesadillas como nación. La violenta tropa que los sigue grita exigiendo seguridad golpeando caros cacharros, son mínimos grupitos histéricos con máxima exposición periodística.
También nosotros exigimos seguridad, exigimos sin cacerolas pero con convicciones. Seguridad para nuestros niños que son explotados en establecimientos rurales de Misiones, Chaco, Tucumán y a lo largo de todo nuestro territorio. Según la UNICEF cerca de un millón y medio de menores trabajan de manera esclava en nuestro suelo. Nunca una cacerola se abolló por ellos.
Exigimos seguridad para que nuestros hijos, porque son hijos de todos, no sufran daños físicos, psicológicos, falta de educación, de juegos, de esparcimiento; vitales para un correcto desarrollo que les permita crecer con expectativas de una vida digna. En estos casos las cacerolas son sordas, ciegas y mudas.
Exigimos seguridad para las madres- niñas, violadas,ultrajadas. Para las muertes antes del año de vida que pueden ser evitadas. Exigimos seguridad para la gente en situación de calle, para los chicos que duermen en las estaciones de trenes y son prostituidos, maltratados por un plato de comida que mitigue el hambre que los pegamentos ya no pueden calmar.
Claro que exigimos seguridad que nos abarque, esa que se logra con educación, salud, vivienda para los sectores de menores recursos.
Esa es la seguridad que merece un concierto de campanas y no pequeñas abolladuras de quienes pretenden, a través del teflón, comprar Dólares a expensas del deterioro del país.
Esa es la seguridad que nos merecemos, no la de los titulares de la prensa cipaya. No la de los titulares de Lesa Humanidad.

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